Las pérdidas fiscales son un tema de gran relevancia para las personas morales en México, particularmente al momento de presentar sus declaraciones anuales. En el contexto fiscal actual, es indispensable conocer el proceso de actualización de estas pérdidas, ya que la falta de información puede resultar en la pérdida de beneficios fiscales significativos. En este artículo, abordaremos cada aspecto relacionado con la actualización de pérdidas fiscales, con el objetivo de brindarte una guía clara y detallada para el año 2025.
Las pérdidas fiscales son aquellos resultados negativos que surgen cuando las deducciones autorizadas superan los ingresos acumulables durante un ejercicio fiscal. Esto puede ocurrir por diversas razones, como bajas en la actividad económica, gastos inesperados o una mala gestión en el año fiscal. Es crucial entender cómo se generan y se registran, ya que estas pérdidas pueden ser utilizadas para disminuir las utilidades fiscales de los años futuros.
Para manejar correctamente las pérdidas fiscales, es necesario remitirnos al Artículo 57 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR). Este artículo detalla las causas, aplicabilidad y procedimientos para la actualización de dichas pérdidas. Según esta ley, las personas morales pueden aplicar sus pérdidas fiscales a utilidades de ejercicios futuros, permitiendo así una mejor planificación financiera.
Es fundamental distinguir entre pérdida fiscal y saldo a favor, ya que ambos conceptos son tratados de manera diferente por el fisco. Mientras que la pérdida fiscal se genera por un ejercicio negativo, el saldo a favor se refiere a los impuestos ya pagados que podrían ser devueltos. Para evitar confusiones, es recomendable mantener una contabilidad clara y precisa.
La actualización de las pérdidas fiscales es necesaria para reflejar el efecto de la inflación en el valor de estas pérdidas a lo largo del tiempo. Sin esta actualización, las pérdidas pueden perder su valor real y no ser utilizadas efectivamente para compensar futuras utilidades fiscales.
El artículo 57 establece que el monto de la pérdida fiscal se actualizará multiplicándolo por el factor de actualización correspondiente al periodo comprendido desde el primer mes de la segunda mitad del ejercicio en que ocurrió la pérdida hasta el último mes del mismo ejercicio. Este proceso lleva a utilizar el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) para calcular dicho factor.
Supongamos que una persona moral reportó una pérdida fiscal de $100,000 en el ejercicio 2021. Para actualizar esta pérdida, procederemos de la siguiente manera:
INPC de diciembre 2021 (117.308) / INPC de julio 2021 (113.682) = 1.0319
$100,000 * 1.0319 = $103,190
El factor de actualización se calcula con base en el INPC del periodo en cuestión. Esto implica que, para una actualización anual, tendrás que obtener el índice del último mes de la primera mitad del ejercicio correspondiente. Esto es crítico para que el valor de tu pérdida fiscal sea relevante a la renta que estás generando en el presente año fiscal.
Año | INPC Julio | INPC Diciembre | Factor de actualización |
---|---|---|---|
2021 | 113.682 | 117.308 | 1.0319 |
2022 | 122.167 | 126.152 | 1.0323 |
2023 | 128.214 | 132.543 | 1.0335 |
Una pérdida fiscal ocurrida en un ejercicio puede disminuir las utilidades fiscales de los últimos diez ejercicios. Esto quiere decir que, si en 2021 tuviste una pérdida de $100,000 y en 2023 obtuviste una utilidad de $50,000, podrás aplicar la pérdida, quedándote aún con un saldo de $50,000 para futuras declaraciones.
Si decides no aplicar la pérdida fiscal cuando puedes hacerlo, perderás la oportunidad de utilizarla en ejercicios futuros. La precaución es esencial aquí, ya que dejar pasar esta opción podría significar un aumento en tu carga fiscal en años posteriores.
Para llevar a cabo la actualización de la pérdida fiscal, es indispensable contar con ciertos documentos que respalden tus cifras. De forma general, requerirás:
Para una correcta gestión de tu pérdida fiscal, considera los siguientes consejos:
Para los efectos de este artículo, el monto de la pérdida fiscal ocurrida en un ejercicio, se actualizará multiplicándolo por el factor de actualización correspondiente al periodo comprendido desde el primer mes de la segunda mitad del ejercicio en el que ocurrió y hasta el último mes del mismo ejercicio.
La pérdida fiscal se determina restando las deducciones autorizadas de los ingresos acumulables. Si el resultado es negativo, estamos ante una pérdida fiscal. Para las personas morales, es crucial tener en cuenta todos los gastos deducibles permitidos por la ley y consolidar correctamente la información.
Las pérdidas fiscales de ejercicios anteriores pueden utilizarse para disminuir las utilidades fiscales de los siguientes diez ejercicios. Es importante registrar correctamente todas las pérdidas en tu declaración correspondiente, ya que las declaraciones sucesivas se prellenarán con los saldos de pérdidas pendientes de aplicación.
Si no aplicas una pérdida fiscal en el ejercicio correspondiente, perderás el derecho a utilizar esa pérdida en el futuro, lo cual puede significar un aumento en la carga tributaria en ejercicios donde generes utilidades.
No, el derecho a disminuir la pérdida fiscal es personal del contribuyente y no puede ser transferido a otra persona ni como consecuencia de una fusión. Cada contribuyente debe manejar sus pérdidas por separado.
Sí, el proceso de actualización es similar, independientemente de la fuente de la pérdida. Debes seguir los mismos pasos asignando el INPC correspondiente a cada periodo y calcular el factor de actualización de manera adecuada.
Es fundamental conservar todos los documentos que respalden tus ingresos, deducciones y la pérdida fiscal que deseas aplicar. Esto incluye estados financieros, declaraciones fiscales y cualquier otro documento que demuestre tus cifras ante el fisco.
La inflación puede afectar el valor real de tus pérdidas fiscales a lo largo del tiempo. Por ello, es necesario actualizar las pérdidas para poder aplicarlas de manera efectiva y compensar utilidades en años futuros. Sin la actualización, podrías quedarte con una pérdida que no tiene el mismo valor real al momento de utilizarse.
Para una comprensión más profunda y actualizaciones constantes sobre la legislación fiscal, te recomendamos visitar la página oficial del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Además, considera tomar cursos o talleres sobre la declaración fiscal que puedan ofrecerte una perspectiva práctica y actualizada.
La actualización de pérdidas fiscales es un tema que todo contribuyente debe manejar con precisión para hacer frente a sus obligaciones tributarias de la mejor manera posible. Siguiendo los lineamientos establecidos en la LISR y utilizando los factores de actualización correspondientes, podrás maximizar tus beneficios fiscales y evitar la pérdida de derechos que podrían impactar negativamente tu situación financiera.
Recuerda que la asesoría de un contador puede ser invaluable en este proceso, especialmente si enfrentas situaciones complejas o tus pérdidas provienen de años anteriores. La planificación y el seguimiento constante de tu situación fiscal son claves para lograr una gestión óptima y evitar sorpresas desagradables al final del ejercicio.
Para una guía visual y paso a paso sobre este proceso, no te pierdas el siguiente recurso que hemos preparado para ti:
Si deseas profundizar más en la actualización de pérdidas fiscales y ver un ejemplo práctico, te invitamos a ver el siguiente video.
Una vez que tenemos actualizadas nuestras pérdidas fiscales, el siguiente paso es integrarlas adecuadamente en la declaración anual. Este proceso es fundamental porque debe reflejar la situación real del contribuyente y, además, aplicar correctamente las pérdidas actualizadas puede significar un ahorro importante en el monto de impuestos a pagar.
Al momento de presentar tu declaración, debes seguir estos pasos para asegurarte de que la pérdida fiscal se registre correctamente:
Muchos contribuyentes han experimentado confusiones a la hora de aplicar sus pérdidas. Por ejemplo, en un caso real, una empresa que había reportado pérdidas significativas decidió no aplicarlas porque pensó que no era necesario. Sin embargo, al final del ejercicio fiscal, obtuvieron utilidades, y descubrieron que había una gran carga de impuestos a pagar, lo que hubiera podido ser evitado aplicando la pérdida anterior.
Finalmente, la actualización de pérdidas fiscales es un proceso vital que no debe subestimarse. La correcta aplicación de las pérdidas puede ayudar a mitigar la carga fiscal y aprovechar los derechos otorgados por la LISR. Mantente informado, organiza adecuadamente tu información y no dudes en buscar apoyo profesional si lo necesitas.